*Importante: Este grupo de diapositivas representa una interpretación visual y no tiene por objeto proporcionar ni reemplazar el consejo médico o clínico.
La esclerosis múltiple, o EM, es una enfermedad del sistema nervioso central (SNC) que afecta tanto a hombres como a mujeres.
Afecta con mayor frecuencia a adultos jóvenes, y a más mujeres que a hombres. También es más común en las latitudes más altas.
Algunos posibles factores de riesgo para desarrollar EM son la deficiencia de vitamina D, fumar y el virus de Epstein-Barr.
En la EM, la inflamación causa daños (llamados “lesiones”) en los tejidos del cerebro, la médula espinal y los nervios ópticos.
Esas lesiones se endurecen y forman un tejido cicatricial que recibe el nombre de “placas”.
Cuando las placas se forman en las vainas de mielina que protegen los nervios del cerebro, la capacidad de los nervios para enviar mensajes se ve afectada.
Los síntomas de la EM dependen de la ubicación de las placas en el cerebro y la médula espinal.
La EM se puede asociar a una variedad de síntomas.
Un síntoma común es la dificultad para caminar. En estudios realizados antes del inicio de los tratamientos modificadores de la enfermedad, aproximadamente la mitad de las personas con EM desarrollaba algunos problemas para caminar a medida que la enfermedad avanzaba.
El adormecimiento o el hormigueo en las manos o los pies es otro síntoma común de las primeras etapas, pero generalmente no se diagnostica EM a partir de esos síntomas
Otros síntomas que se suelen reportar son debilidad o pérdida de la sensibilidad en las piernas o los brazos, problemas de equilibrio, mala coordinación, temblores, dificultad para articular las palabras, problemas de vista y problemas intestinales y de vejiga.
Muchos de esos síntomas pueden aparecer con junto con otras enfermedades neurológicas y no son exclusivos de la EM. Lo que distingue a la EM es que los síntomas aparecen y desaparecen con el paso del tiempo o bien su gravedad puede cambiar.
La fatiga,cansarse con facilidad o quedarse sin energía es otra queja muy común de las personas que viven con EM. Puede ser bastante agobiante, en especial durante un ataque o justo antes de uno.
Generalmente, los síntomas, o ataques, se desarrollan en el transcurso de varios días y pueden durar un par de semanas, tras lo cual desaparecen gradualmente o entran en remisión.
La mayoría de los ataque son leves, pero algunos pueden ser graves y bastante debilitantes.
En el caso de algunos pacientes, es posible que con el tiempo los síntomas de los ataques no desaparezcan del todo. Algunas personas dejan de tener ataques, pero pueden notar que sus síntomas empeoran gradualmente.
Los tratamientos para la EM tienen por objeto tratar los síntomas de forma individual, tratar los ataques cuando suceden y modificar la evolución de la enfermedad, por ejemplo reducir la cantidad de ataques o desacelerar el avance.
En resumen, la EM es una enfermedad del sistema nervioso central. Los síntomas y su gravedad son distintos para cada persona, y aparecen y desaparecen con el tiempo. Los tratamientos farmacológicos pueden reducir la cantidad de ataques y desacelerar el avance de la enfermedad. Un objetivo importante del profesional de la salud es ayudar a las personas que viven con EM a comprender y controlar la enfermedad.