*Importante: Este grupo de diapositivas representa una interpretación visual y no tiene por objeto proporcionar ni reemplazar el consejo médico o clínico.
La esclerosis múltiple, o EM, es una enfermedad del sistema nervioso central. Eso quiere decir que generalmente la diagnostica un especialista llamado neurólogo.
Primero, el neurólogo analiza sus antecedentes personales en busca de alguna evidencia de síntomas que puedan indicar la presencia de EM.
El neurólogo también realizará un examen neurológico para detectar qué parte del sistema nervioso central está afectada y descartar otras afecciones neurológicas.
Además, el neurólogo podría solicitar análisis de sangre para descartar otras afecciones.
Luego se realiza una resonancia magnética, la cual es una técnica particularmente eficaz para obtener imágenes del cerebro y de la médula espinal. En una imagen por resonancia magnética, las placas de EM se ven como manchas blancas.
El neurólogo considerará la posibilidad de diagnosticar EM si la resonancia magnética muestra al menos dos áreas diferenciadas de placas en áreas específicas del cerebro o de la médula espinal, y si hay pruebas de que el daño se produjo en momentos diferentes.
Para ayudar a diagnosticar EM también se puede utilizar un análisis del líquido que rodea el cerebro y la médula espinal.
La EM se suele clasificar en cuatro tipos diferentes: EM recidivante/remitente, EM secundaria progresiva, EM primaria progresiva y EM progresiva recidivante.
El tipo más común se denomina EM recidivante/remitente. Se caracteriza por ataques de uno o más síntomas seguidos por períodos de remisión o sin síntomas. Entre los ataques, la enfermedad no avanza ni empeora
Si además de haber ataques la enfermedad empeora gradualmente, la EM se clasifica como secundaria progresiva. Normalmente, la EM secundaria progresiva comienza como EM recidivante/remitente.
Alrededor de 1 de cada 10 personas con EM nunca tiene ataques, pero sufre un empeoramiento gradual de la enfermedad. Eso se denomina EM primaria progresiva.
Un porcentaje muy pequeño de personas tienen un tipo de EM que al comenzar es sostenidamente progresivo pero que también presenta ataques de síntomas. Este se denomina EM progresiva recidivante.
Dada la naturaleza impredecible de la EM, es muy importante tratar la enfermedad y hacer un seguimiento de ella.
El seguimiento permite que el médico identifique la eficacia de los medicamentos y si la afección está empeorando. Además de consultas periódicas con el médico, el seguimiento puede implicar someterse a resonancias magnéticas.
En resumen, la EM se diagnostica mediante una combinación de antecedentes personales, imágenes del cerebro tomadas por resonancia magnética y pruebas adicionales para excluir otras afecciones neurológicas, si es necesario.
Existen distintos tipos de EM y la enfermedad es distinta para cada persona. El seguimiento es importante, ya que permite llevar un registro de los síntomas y de la evolución de la enfermedad y determinar si los medicamentos son eficaces.